Entrevista

Mtra. Mayra Monsalvo Carmona,


Entrevista



Licenciada en Psicología con orientación hacia la Psicóloga Social, la maestra Mayra Monsalvo Carmona, egresada de la UNAM, cursó la Maestría en Educación, y cuenta con diversos estudios, como diplomados en creatividad, necesidades especiales y tutorías.


Poseedora de una trayectoria amplia de 30 años en el área de la Psicopedagogía en el Colegio de Ciencias y Humanidades, plantel Naucalpan, se desempeña actualmente como Secretaria General de la Dirección General del Colegio de Ciencias y Humanidades.


Las principales poblaciones con las que ha trabajado durante su trayectoria profesional son alumnos del nivel bachillerato del CCH de entre 14 y 18 años, personal académico y profesorado de los planteles, además de padres y madres de familia.


¿Cuál es el enfoque principal que se aplica en la Orientación Educativa a los estudiantes en el nivel bachillerato de la UNAM?


Considero que es la Orientación Psicopedagógica, donde el centro del modelo considera al alumno como la parte más importante y con mayor relevancia; es decir, el alumnado es nuestra razón de ser y para quienes colaboramos todos días con nuestro quehacer universitario.


En el CCH contamos con diversos programas de acompañamiento dentro de las áreas de Psicopedagogía, uno de ellos es, por ejemplo, el Programa Institucional de Asesorías y el Programa Institucional de Tutorías, donde se considera tanto la tutoría como la asesoría; en ambos casos el eje transversal es el proceso de acompañamiento al estudiantado que así lo requiere o manifiesta. En las Áreas de Psicopedagogía se brinda atención de manera personal, y los apoyos se encuentran orientados a apoyar la toma de decisiones del alumnado, se le ayuda con la definición de un plan de vida y carrera, y también se revisan temas relacionados con la regularización académica en materias con rezago educativo. Es decir, el trabajo que se desempeña tiene un sentido integral, ya que las poblaciones que se atienden en los colegios son muy amplias −poco más de sesenta mil estudiantes− y muy diversas −considera cinco planteles, con aproximadamente doce mil estudiantes por sede−, lo cual dificulta, en ocasiones, la atención personalizada, ya que el número de integrantes que conforman las áreas de Psicopedagogía son limitados.


Lo anterior nos lleva a plantear la mayoría de las actividades de atención al estudiantado con estrategias grupales o masivas, con la finalidad de atender a una población mayor, tomando en cuenta el personal que labora dentro de las áreas antes mencionadas. Dentro de los temas que se trabajan con más frecuencia son los que están relacionados con la Orientación Escolar, la Orientación Psicosocial y con la Orientación para la Carrera.


Asesoría y tutoría, ¿sinónimos?

Estos dos conceptos suelen confundirse o utilizarse de manera común como sinónimos; sin embargo, se deben considerar algunas diferencias sutiles.

  • Asesorías. Este tipo de atenciones puede estar relacionado con las asesorías sobre alguna asignatura en específico, con la preparación de un tema en particular. Por ejemplo, la preparación para un evento como la Olimpiada Universitaria del Conocimiento (OUC), en la que se pueden identificar, dentro de los planteles, a universitarias y universitarios potenciales para postularlos, y se trabajan temas particulares para que puedan fortalecer y mejorar su desempeño en el certamen, sobre todo en relación con la formación de competencias blandas o personales. Es decir, las actividades se encuentran dirigidas a desarrollar competencias en específico, o bien, mejorar conocimientos académicos.

    • Las asesorías también pueden ser de tipo remedial o preventivas. En el caso de las asesorías preventivas, por ejemplo, tienen la intensión de fortalecer o mejorar el desempeño del alumnado en una materia de un semestre determinado; es decir, cuando el alumnado se encuentra inscrito en la materia y aún no ha reprobado la materia, pero sí se siente inseguro, en este sentido la asesoría buscaría apoyar, orientar y ayudar para prevenir la reprobación, o bien, el abandono escolar.

    • En el caso de las asesorías remediales, estas se refieren a las que se otorgan una vez que el alumno o alumna ya ha reprobado una materia y pueden servir para apoyar la preparación de un examen extraordinario, la resolución de una guía de estudio, o la resolución de dudas, entre otras.

  • Tutorías: se refiere al acompañamiento académico que se da en cada uno de los planteles; está relacionado con el hecho de “tutorear”, de cuidar, de acompañar a los miembros de todo un grupo. Nuestros grupos en el colegio son de más o menos cincuenta alumnos, entonces la tutoría es esta parte del acompañamiento, que el tutor vaya detectando, cómo va el proceso de todos y cada uno de los alumnos e ir viendo. Los profesores frente a grupo son las personas más cercanas al alumnado dentro de los planteles, y son ellos precisamente lo que pueden ayudar a detectar si alguno o alguna tiene algún aspecto particular que trabajar, sobre todo en el ámbito académico. Y en los casos donde se detectan estas situaciones el papel del tutor es establecer contacto con los docentes para generar estrategias de acompañamiento.

¿Cómo ha evolucionado la Orientación Educativa en el bachillerato durante los últimos diez años?

En la evolución de la Orientación Educativa nos falta mucho por hacer…partiría de esa idea, nos falta mucho por hacer, pues al interior de la institución hemos avanzado con paso firme, pero considero que este tema puede ser una asignatura pendiente en la actualidad. Por ejemplo, dependencias como la Dirección General de Orientación y Atención Educativa (DGOAE) que organiza muchas actividades de apoyo a los orientadores, al alumnado y otras poblaciones, sobre todo dirigidas a eventos masivos o colectivos; sin embargo, podrían resultar insuficientes para atender a la totalidad de la población universitaria de manera personalizada o individualizada.


A veces considero que resulta insuficiente el número de personas orientadoras para dar atención a las necesidades de nuestras poblaciones. Otro reto que observo es que el estudio y la práctica en la Orientación Educativa debería tener un acercamiento a otras tendencias, a otras escuelas, a otras teorías y prácticas, que nos ayuden a acompañar de una manera más cercana a nuestros estudiantes, sobre todo cuando estos transitan por momentos difíciles, por ejemplo, la pandemia, el retorno a la presencialidad, temas relacionados con el cuidado de la salud emocional (ansiedad, depresión, etcétera), nos hace falta la actualización y adquisición de herramientas que nos permitan entregar de una manera más adecuada los primeros auxilios psicológicos, pero no únicamente dirigidos a la comunidad estudiantil, sino que hace falta mirar a nuestros orientadores que son quienes sostienen al alumnado, a las madres y padres de familia, al cuerpo docente, entre otros.


Para resolver este tema la Orientación Educativa debería abrir un gran paraguas que pudiera dotar tanto a los académicos como al personal que brinda atención en las áreas de Psicopedagogía, a adquirir dichas habilidades, no con la intensión de que se vuelvan terapeutas, sino que cuenten con las competencias profesionales que les permitan ejecutar estrategias adecuadas de contención y canalización para escuchar desde un lugar más empático a los estudiantes que llegan a compartir sus situaciones problemáticas o se presentan en crisis en nuestras instalaciones; sobre todo, para no ofrecer la respuesta de “no es conmigo, continua en la siguiente ventanilla”, ya que eso no resuelve del todo el problema y en algunas ocasiones, incluso, lo acrecienta.


¿Qué implica que todas estas situaciones nos sean resueltas de manera asertiva por nuestros jóvenes?

La no resolución de estas implicaciones puede desencadenar el abandono escolar, el rezago educativo, malestares relacionados con la salud emocional o mental, disminución de motivación para seguir adelante, problemas de ansiedad, depresión, violencia ─escolar, de pareja─ entre otros; ante estas situaciones la clásica frase de échale ganas no es suficiente, porque no me venden un kilo de ganas en la tiendita de la esquina. Para dar solución a todas estas situaciones es que nosotros, como orientadores, servimos de acompañantes para nuestros estudiantes durante su paso por la universidad.


La maestra Monsalvo destacó que la Orientación Educativa juega un papel muy importante, sobre todo en la formación para los orientadores, tutores, asesores, profesores y demás personas relacionadas con la atención a las juventudes dentro de los planteles, ya que se requiere de empatía para poder orientar al estudiante, hace falta tejer las redes de apoyo necesarias entre todos los involucrados para dar atención a estas situaciones. Ahí es entonces donde la Orientación Educativa se hace fundamental; sin embargo, nos hace falta visibilizar esta importancia para reconocer y fortalecer académicamente estas áreas en los planteles tanto de bachillerato como de licenciatura e, incluso, en el posgrado.


¿Qué nos está faltando hacer en Orientación Educativa?

Lo primero que diría es que, como ya he mencionado antes, no somos suficientes en número para brindar la atención que requieren nuestras poblaciones. Como segundo punto considero que también nos hace falta implementar un trabajo más multidisciplinario que nos permita integrar a otras profesiones a estas áreas, ya que nos permitirían una comprensión más holística del contexto social actual en el que nos desarrollamos; pienso, por ejemplo, que profesionales de otras carreras nos pueden aportar muchísimo, tales como Sociología, Trabajo Social e, incluso, la Antropología Social.


En tercer lugar, considero que, en nuestro contexto nacional, nos está haciendo falta un Modelo de Orientación Educativa que considere la realidad de México con todas sus particularidades, ya que la gran mayoría de las teorías que hoy en día aplicamos provienen de modelos europeos y quizá la minoría provienen de modelos de universidades latinoamericanas; sin embargo, sabemos que México se cuece aparte.


Como orientadores creo que nos debemos el realizar un análisis de las realidades a las que se enfrentan las juventudes mexicanas para identificar los retos, las adversidades, las áreas de oportunidad y las posibilidades de acción. Tan solo, por ejemplo, el antes y el después de la pandemia, ya que en este contexto tenemos a jóvenes que iniciaron sus estudios de nivel medio superior durante la emergencia sanitaria cursando clases totalmente en línea, que vivieron por dos años solo en el contexto de su hogar, y hoy por hoy se enfrentan a retos importantes a la hora de poner en práctica sus habilidades sociales al momento de convivir con otros jóvenes: les cuesta trabajo, les genera ansiedad, no saben cómo involucrarse con los demás −sí quieren convivir pero, no saben cómo hacerlo−, control de miedos, entre otras.


¿Qué necesitamos? Un modelo especial para nosotros, un modelo que permita ver la realidad que estamos viviendo en México; si bien afortunadamente en la universidad contamos con apoyos que le enseñan a los estudiantes y egresados a como buscar empleo, también es importante, por ejemplo, difundir con mayor amplitud las nuevas carreras que ofrece la institución, las tendencias del mercado de trabajo, la elección de carrera o de un posgrado. Es decir, se necesita de un modelo mexicano que nos permita atender las necesidades reales y actuales de nuestras poblaciones objetivo entendiendo una realidad social y contextual nacional.


La maestra Monsalvo resaltó que faltan también más espacios de escucha e intercambio entre profesionales dedicados a la Orientación con el objetivo de intercambiar experiencias y buenas prácticas e, incluso, hablar de los desaciertos, porque de eso también se aprende. Y en estos espacios también es importante integrar a los padres y madres de familia que juegan un papel fundamental en la vida de nuestros jóvenes. Por fortuna y con agrado, señala, me doy cuenta de que ahora en los Programas de Actividades de Bienvenida de los planteles contamos cada vez más con presencia de padres y madres de familia, cada vez más presentes en la vida de sus hijos aun cuando ellos acuden ya a un nivel medio superior de educación, ¡eso me encanta!, porque significa que están más interesados en los procesos educativos de sus hijos e hijas.


Desafíos de los jóvenes del bachillerato

El primer reto que identifica nuestra entrevistada es el cambio de plantel y de nivel educativo.


Los chicos vienen de un plantel mucho más pequeño y con otras condiciones totalmente diferentes a los que ofrece la libertad y amplitud, tanto en espacios como en proceso de enseñanza y de aprendizaje. La distancia que se recorre para llegar al plantel e, incluso, la separación con los padres, a veces las distancias que recorren para trasladarse a su nueva escuela oscilan entre una y hasta dos horas de camino, lo cual implica además un cambio en las rutinas y los hábitos de los jóvenes.


Acostumbrarse al modelo educativo de los colegios, que tienen como principios el aprender a aprender, aprender a hacer y ahora se incluye el aprender a convivir, porque la convivencia ya no es igual que en la secundaria, los espacios son mucho más diversos y mucho más libres. La forma de aprender y hacer tareas, ahora los jóvenes son más libres para decidir sobre su aprendizaje, deben involucrase en actividades que les implican realizar investigación en diversas fuentes y medios, deben aprender y reforzar el manejo de herramientas tecnológicas (internet, paquetería Office, plataformas, apps, etcétera). Aprender a tomar decisiones importantes de la vida, tales como qué carrera estudiar y decidir el rumbo de su futuro profesional. Aprender a regular su autonomía dentro y fuera del plantel.


¿Qué estrategias de acompañamiento se utilizan en el CCH?

Para acompañar a los jóvenes en este tránsito, señala la entrevistada, el CCH cuenta con estrategias de desarrollo personal y social que les ayudan a fortalecer su autoestima, a definir su autoconcepto, mejorar o fortalecer la seguridad y confianza personal, aprender a tomar mejores decisiones, al desarrollo de habilidades sociales, de relaciones interpersonales, manejo de conflictos y negociación; es decir, trabajamos para ayudarles a empoderarse y poder afrontar mejor su juventud.


Las actividades implican talleres, cursos, conferencias, escritos como artículos, por ejemplo, que les permiten desarrollar o adquirir herramientas que podrán utilizar más adelante para solucionar de manera autónoma las situaciones a las que se enfrentan.


Otra estrategia que se implementa en el colegio, en palabras de la maestra Monsalvo, es la plataforma TEA (https://tutorial.cch.unam.mx/) que es un tutorial sobre estrategias de aprendizaje y entonces el alumnado puede contestar y puede ir verificando las áreas que debe fortalecer, también le permite identificar cuáles son las cosas en las cuales pudiera estar fallando para mejorarlas. Es decir, se trabaja de la mano con Tutoría cuando se detecta alguna situación que le falta al alumno o alumna, por ejemplo: cómo organizarse para sus horarios escolares, temas de autorregulación, manejo de agenda, estrategias de estudio para preparar exámenes y otros.


Trabajo con padres y madres de familia

En el CCH se trabaja con los padres y madres de familia desde el principio, cuando salen publicados los resultados, los alumnos y las alumnas entran a la página del plantel que les haya correspondido y ahí ya tienen toda la agenda de todas las actividades que van a cubrir en la semana de bienvenida, y dentro de estas actividades tenemos planeadas pláticas con padres y madres de familia y alumnado. En estas pláticas se les informa acerca de los trámites administrativos próximos a realizar y también organizamos, en fin de semana, las pláticas que están dirigidas únicamente a los padres y madres de familia con temáticas particulares, con el objetivo de que ellos estén enterados de las actividades de sus hijos e hijas en los planteles, y este acompañamiento se realiza, puesto que los jóvenes son aún menores de edad.


De acuerdo con nuestra entrevistada, otra estrategia que se trabaja con los padres y las madres de familia durante el semestre está a cargo de los tutores, con la finalidad de establecer un vínculo con el ámbito escolar para que los padres y las madres conozcan cómo va la trayectoria de sus hijos e hijos y de esta manera les sirve de “termómetro” que les permite ir midiendo su desempeño y realizar seguimiento en casa, considerando que los jóvenes aún no son adultos y que requieren apoyo en muchas de las decisiones que toman durante su estancia en el plantel.


Algunos de los temas que se trabajan con los padres y las madres de familia son la adolescencia, la juventud, −en esta se incluye el inicio de la vida sexual−, y otros relacionados con el consumo de alcohol o drogas con miras a ofrecerles herramientas que les permitan estar cerca de sus hijos e hijas y atender de manera preventiva este tipo de situaciones, acotó la maestra Monsalvo.


Hizo referencia también a la guía electrónica de apoyo para los padres y las madres de familia, donde pueden encontrar toda la información referente al Colegio de Ciencias y Humanidades, a preguntas frecuentes, ubicaciones de cada uno de los planteles, etcétera; es decir, se trata de un apoyo que concentra la información más relevante de consulta.


Impacto positivo de la Orientación Educativa en los jóvenes: caso de éxito

Recuerdo, de hace años, a un estudiante del plantel Naucalpan, de un joven que tenía reprobada la materia de Matemáticas I, II y III –él iba, en aquel entonces, en cuarto semestre– y el argumento con que llegó hasta nuestras oficinas fue es que no le entiendo ¡nada, nada!, no puedo y no sé de matemáticas.


Durante esa época en el CCH contábamos con un espacio al que algunos maestros le llamaban El Club de Matemáticas en el cual se convocaba al alumnado más sobresaliente de los grupos para que pudieran colaborar en el club y ayudar a los alumnos que presentaban dificultades, en particular con las Matemáticas, donde muchas veces cuando los temas eran explicados en un lenguaje más coloquial e informal por pares, eran mejor comprendidos por los jóvenes.


Nuestro joven universitario empezó a acudir de forma regular al “Club de Matemáticas” ─y con ayuda de sus compañeros y maestros─, ya no reprobó más la materia; logró aprobar las materias I, II y III, y para nuestra sorpresa durante el quinto y sexto semestre, aún en el CCH, había elegido materias tales como Cálculo y Cibernética [hace una pausa] durante su último año continúo trabajando con nosotros en el club y al concluir su estancia en el CCH le perdimos la pista y por muchos años no volvimos a saber de él.


Sin embargo, luego de mucho tiempo, me inscribí a un Diplomado de Tecnologías de la Información que fue impartido por la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación (DGTIC); todas las clases habían sido en línea, pero durante la ceremonia de entrega de reconocimientos tuvimos la oportunidad de conocer, de manera presencial, a nuestros compañeros del aula virtual.


Al finalizar el evento escuché, entre el bullicio de la gente, unos gritos a los lejos: “Mayra, Mayra”. Al voltear la vista encontré a un hombre joven, alto, que me ofreció un saludo muy cordial y cercano; luego de unos minutos de plática recordé su nombre: Erik Alonso, mi alumno con problemas con las Matemáticas del CCH Naucalpan. Entre algunas de las preguntas que le hice fue: “¿qué carrera estudiaste?”, ya que me generaba mucha curiosidad y, para mi sorpresa, había estudiado Ingeniería en Computación y se encontraba trabajando en el Instituto de Ingeniería, aunque me comentó: “Pero mi trabajo se desarrolla en el Hospital Siglo XXI, soy el que realiza los cálculos para las radiaciones que son utilizados en los tratamientos de los pacientes de cáncer. Yo me encargo de realizar los cálculos necesarios y precisos para la radiación que se utilizará”.


Para mí este es un caso de éxito, puesto que el acompañamiento que realizamos desde el bachillerato con él pudo cambiar su visión y perspectiva acerca de las Matemáticas que, incluso, pudo estudiar una carrera profesional relacionada con ellas. Este caso lo hemos platicado y compartido mucho en el CCH Naucalpan porque es el resultado de nuestro trabajo desde la Orientación y el acompañamiento con los jóvenes. El caso de Erick es un claro ejemplo de que ¡cuando se quiere se puede! Si se puede desatorar las Matemáticas, si tú logras entender se viene en cascada todo lo demás, porque se te desatoran; incluso, la Química y la Física, y lo puedes convertir, incluso, en tu proyecto de vida profesional.

Orientación Educativa en el futuro próximo

Al respecto, la maestra Monsalvo opinó que la Orientación Educativa, sin duda, tiene que ir evolucionando y modernizándose tanto como lo hace la vida de los jóvenes en la actualidad, desde la aplicación de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC), los medios de comunicación, por ejemplo mediante redes sociales como Tik Tok; aprender a utilizar su lenguaje y poder transmitirles la información de una manera más asertiva; el uso del humor como herramienta de comunicación para enganchar a los jóvenes en los temas de los cuales les queremos hablar, comprender el contexto social en el que ellos se desenvuelven. Saber que los tiempos ya han cambiado y que las mentalidades son más abiertas, por ejemplo, cuando se habla de sexualidad o de género.


Para concluir la entrevista, la maestra Monsalvo señaló:


Y finalmente me gustaría compartir con nuestros jóvenes que siempre deben estar haciéndose preguntas de manera constante para incrementar su autoconocimiento y poder tomar decisiones más acertadas en su vida tanto personal como profesional, por ejemplo: ¿Cómo visualizó mi vida en el futuro? ¿Qué carrera me gustaría estudiar? ¿A qué se dedican las personas que egresan de la carrera que me gustaría estudiar? ¿Qué aspectos positivos considera la o las carreras que son de mi interés? ¿Qué tanto conozco de las carreras que me interesan? ¿Dónde puedo conseguir más información de estas carreras? ¿Cuáles son mis fortalezas? ¿Cuáles son mis pasiones?, entre otras. Conocerse les permitirá a los jóvenes poder tomar mejores decisiones para su vida.


El trabajo con los padres y las madres de familia puede ser diferente, puesto que en ocasiones pueden llegar para ser felicitados por el buen desempeño de sus hijos e hijas, o bien, pueden ser citados por qué sus hijos e hijas presentan altos índices de reprobación.


En este aspecto, uno como orientador, debe estar preparado para solucionar un sinfín de posibilidades no solo con el estudiantado, sino con sus familias, los docentes y el personal que labora dentro los entornos de los centros educativos.


La maestra Monsalvo finalizó la entrevista afirmando que, en sus más de 30 años de experiencia al trabajar con jóvenes universitarios y poder apoyarlos desde la Orientación Educativa, su vivencia ha sido totalmente satisfactoria: Es una belleza trabajar con los alumnos, ¡es una belleza!, porque son tan frescos, tan creativos, tan auténticos y te contagian de su magia. Es gratificante escucharlos, escuchar sus bromas, sus historias y cómo ven las cosas, cómo dicen y cómo viven las cosas.

Mtra. Mayra Monsalvo Carmona



Mtra. Mayra Monsalvo Carmona.

Secretaria General, Dirección General del Colegio de Ciencias y Humanidades, UNAM.

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